domingo, 9 de noviembre de 2008

Notas de lector de Michel de Montaigne, De los caníbales

El ensayo comienza relatando la llegada del rey Pirro a Italia haciendo referencia a los bárbaros que eran considerados todos los extranjeros. Luego reflexionará sobre las ansias de descubrimiento: “Temo acaso tengamos los ojos más grandes que el vientre, y más curiosidad que capacidad. Lo abarcamos todo, pero no abrazamos sino viento.” Después de esto hará una descripción de las transformaciones de la tierra por la naturaleza en cuanto territorios.
Es interesante el tono crítico que a partir de ahí comienza a tener el ensayo. Principalmente lo que critica, es esa idea etnocentrista de ver a los Otros en términos peyorativos, situando al Nosotros en un estadio superior del desarrollo. Él dice, que todas las historias están mediadas por la opinión y la subjetividad del que las cuenta. Pero volviendo a su crítica, Montaigne sostiene que para él los pueblos que se describen no tienen nada de bárbaros y afirma que “uno llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres”.
Describe la sociedad de un pueblo que practica el canibalismo pero basándose en sus costumbres más positivas, y si bien no deja de reconocer para él “la barbarie y el horror que supone comerse al enemigo” cree que es mejor comprender sus faltas y ver también las nuestras. Para esto argumenta diciendo, que el individuo “civilizado” funciona como un obstáculo para la naturaleza porque no deja avanzar sus fuerzas naturales. Menciona lo “bárbaras” que fueron las guerras de religión (aunque no lo hace explícitamente pero sí haciendo referencia).
El tono del ensayo es muy crítico, y se sostiene con argumentaciones bastante firmes y claras. Opone modos de vida e ideas, pero a la vez es bastante sutil. Esta sutileza se ilustra muy bien cuando llega al final y dice “Todo esto suena muy bien. ¿Y entonces, qué? Pues que esta gente no usa calzas ni zapatos.”
Es muy interesante como trata el tema y lleva al lector a que quizás pueda replantearse el trato en referencia a las otras culturas y empezar a criticar un poco la suya. Aquí se nota fuertemente la eficacia de la persuasión del ensayista.

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