viernes, 12 de septiembre de 2008

La argentina Crónica: Operación Jaja, Un día en la vida de Pepita la pistolera, El Caso Poblete.

En las primeras tres crónicas del libro La Argentina Crónica se construyen tres tipos de realidad e historias distintas. Cada una maneja un tiempo y una estructura que las sostiene distinta.
En primer lugar, “Operación Jaja” trata sobre la historia de los reidores (los clac) en Argentina.
La línea estructural que sostiene la crónica se vaya en la descripción del estudio de televisión de canal 9, en el momento en el cual se emite un programa (“La peluquería de los Mateos”). Esta descripción tanto del lugar, como de las personas que están presentes en él está intercalada con explicaciones sobre la historia del clac (los reidores).
Además, focaliza en varios testimonios (que sostienen su relato) como los de Susana Pasos, Angel Vanezuela, Hugo Lettieri, etc. los cuales sirven de puente para contar sus propias historias en relación al género.
En una parte de la crónica hay una reflexión de la cronista sobre la risa y termina con el final de la jornada laboral en la cual la cronista conecta su historia con las risas y se siente parte del lugar: “Yo también me rio, soy parte.”. Además describe su sentimiento paradójico al final del día relacionado con ganas de llorar. Se hace mucho énfasis en la risa desde diferentes puntos de vista.
En segundo lugar, “Un día en la vida de Pepita la pistolera” es sobre una mujer que fue vinculada con el asesinato de José Luis Cabezas, y se hizo conocida por eso. La línea en la que sigue toda la crónica se enfoca en el encuentro con esta mujer y principalmente en su descripción (vestuario, gestos, relaciones con gente del lugar).
La crónica empieza contando la historia del padre para llegar a presentar a “Pepita la pistolera” como es conocida.
Su descripción se intercala con su biografía básicamente y se utiliza su propio testimonio. Me da la sensación que esta crónica tuvo una especie de estructura circular ya que a lo último se justifica el por qué del apodo (Pepita la pistolera) que se presenta al inicio de la crónica.
En tercer lugar, “El caso Poblete” cuenta la historia de la del caso Poblete en el que se basó la declaración de las leyes de Obediencia de vida y Punto final como inconstitucionales. La estructura de la crónica, a diferencia de las otras dos, empieza con la historia de la madre de José Pepe Poblete y finaliza cronológicamente hasta hoy en día. Es decir que es más lineal y no va y viene mucho en el tiempo.
Paralelamente, se explica el contexto histórico político de Argentina, según cada momento de la vida de esta familia.
La crónica está dividida en partes en las que se tratan: la historia de la madre de Pepe, la historia de amigos, y familiares de él, su accidente en el tren, su establecimiento en Bs. As, etc.
En la última parte se explica cómo apareció su hija, y se focaliza en la relación de ésta con su familia biológica.
Algo que me pareció interesante remarcar es la utilización recurrente del tema del destino durante toda la crónica y en todas las historias.
Por último, una de las cosas que se puede resaltar es la relación del cronista con cada historia. Por ejemplo en la primera crónica, el cronista ocupa un lugar de importancia dentro de la crónica, al igual que en la segunda en la que se ve un compromiso con la protagonista de la historia, pero en la tercera el cronista está más desdibujado aunque sí se nota su presencia.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Estación central


Dora y Josué se encuentran en viaje en búsqueda del padre de él. Un micro lleno de gente. Dora tomando alcohol. El niño también. Dora ni se imaginaba que iba a terminar ahí, ni tampoco que iba a viajar en un camión, que se iba a sentir deseos por el conductor de ese camión. Ni que iba a estar en una peregrinación, ni en ningún lugar nuevo. Vivir todo eso para llegar a un objetivo, un destino. Conocer lugares, gente. Conocer a Josué.
Antes lo hacía eso también. Pero sin desplazarse, viajaba por miles de historias de otras personas, cuando éstas por no saber escribir le pedían que ella les escriba para mandar cartas. Pero a ella no le importaba, se burlaba. Aunque conocía a mucha gente, gente que quizás nunca iba a volver a ver.
Un día eso cambió, el destino quiso que viaje miles de kilómetros para ayudar a ese nene que se había quedado sin madre. O mejor aún, para ayudarse a ella para encontrarse, para probarse, para superarse. Creo que Dora empezó un nuevo camino en el momento que emprendió su viaje con él.
Esto me lleva a pensar en el encuentro con cosas nuevas, inesperadas. La sensación de libertad de ir por cualquier lugar sin decirle nada a nadie. Conocer, mirar, ver, hablar. Todo eso lleva al conocimiento de uno mismo. Encontrar gente que transita por el mismo camino en otros destinos. Y compartir el destino con alguien que uno no se imagina. Ver otras realidades, construir una propia realidad. Dora cambió la suya, construyó una relación de afecto con Josué, lo conoció, se dejó conocer, y cuando logró el cambio y llegó a su destino decidió volver como suele hacer el héroe después de sus viajes: identificándose con lo que fue a buscar.